domingo, 11 de septiembre de 2011

MANIFIESTO DE LA JUNTA DEMOCRÁTICA

Nos encontramos ante un texto de fuente primaria y naturaleza política redactado el 29 de julio de 1974, a un año de la muerte del General, que posee un destino general a toda la población española. Además, es un documento cuya autoría le corresponde a la Junta Democrática, es decir, a las fuerzas políticas, que desde el exterior y la oposición al régimen de Franco ya muestran un claro sentido de unidad y de criterios al ver cercano el final del Régimen que durante casi cuarenta años gobernó España.

Cabe destacar que La Junta Democrática de España fue un organismo de la oposición al franquismo, que se dio a conocer el año de la publicación de este documento, nacida en París e impulsada por el Partido Comunista de España (PCE), liderado por Santiago Carrillo. En ella estuvieron integrados el Partido Comunista de España (PCE), el Partido del Trabajo de España (PTE),el Partido Carlista, Comisiones Obreras (CCOO) y el Partido Socialista Popular (PSP) de Enrique Tierno Galván.

El texto presenta doce puntos que tienen una gran importancia, pues todos ellos pretenden establecer un cambio en España. En general se podría decir que defendían la proclamación de un gobierno provisional que hiciera reestructurar al estado y organizar un régimen democrático y también, pretendían la integración en la Comunidad Económica Europea, la neutralidad del ejército en cuestiones bélicas y el reconocimiento de los nacionalismos.

Cada uno de los puntos que integran este manifiesto de la Junta Democrática incide en varios aspectos que podemos resumir en lo siguiente:

Derechos políticos como la devolución de la soberanía a la sociedad española, amnistía para los presos políticos, conformación de un marco político plural con la legalización de todos los partidos. Derechos y libertad sindical para los trabajadores, libertad de prensa, separación e independencia del poder judicial. También es importante el llamamiento o reconocimiento de la pluralidad regional de España, donde dentro de la indisolubilidad de la nación es necesario reconocer la existencia de una realidad regional plural.

También hace referencia el texto a la profesionalidad de las Fuerzas Armadas, a la libertad religiosa proponiendo la separación entre Iglesia y Estado. Destaca, de la misma manera la propuesta de celebración de elecciones libres con todas las garantías democráticas y apuesta este manifiesto por una política clara de alineamiento e integración de España dentro de las estructuras políticas, económicas y sociales de la Europa Occidental.

La situación política de España en ese momento era de crisis debido a la próxima llegada de la muerte del dictador y al golpe que le supuso al régimen el asesinato del presidente Carrero Blanco en 1973 a manos de ETA. El terrorismo fue en aumento y la situación económica del país también empeoró como consecuencia de la crisis del petróleo de 1973.

Con relación a la oposición, el PCE era la organización más fuerte. Poco a poco, tras la primavera de Praga (1968) se fue alejando de la línea de ortodoxia de la URSS y se acercó al eurocomunismo. Promovió la reconciliación entre los españoles y la superación d la división nacional de la Guerra Civil y el franquismo. El líder del PCE era Santiago Carrillo, quien fue un gran impulsor de la creación de la Junta Democrática.

El PSOE (entonces un partido débil) optó posteriormente por una plataforma propia, la Plataforma de Convergencia Democrática. Un punto común entre PCE y PSOE era el rechazo a un planteamiento de transición a la democracia basado en la reforma del franquismo como defendían los reformistas del régimen. Un régimen cada vez más dividido interiormente entre aperturistas e inmovilistas. La oposición abogaba por la ruptura o por una revolución para la superación del franquismo.

En noviembre de 1975 murió Franco. Tanto él como sus partidarios estaban convencidos de que todo quedaba “atado y bien atado”, y de que el nuevo rey, Juan Carlos I, continuaría aferrado a las líneas políticas del 18 de julio. Los años venideros demostrarían que la dictadura franquista era inviable más allá de la muerte de su fundador.

Asimismo, cuando fue proclamado rey Juan Carlos I y en un periodo de tiempo relativamente corto, el pueblo español fue capaz de realizar el cambio desde la dictadura a una constitución democrática plena, en un proceso que se ha denominado la transición política, y que se considera modélico por la manera pactada y no violenta en que se llevó a efecto.

Sin embargo, la coyuntura internacional en que se desarrolló el proceso de transición no fue precisamente favorable a la estabilidad del mismo: las consecuencias dramáticas de la crisis del petróleo se reflejan en España en las altas tasas de inflación y de paro. Por otra parte, en medio de tensiones internacionales entre los dos bloques, las potencias occidentales veían con recelo y escepticismo la posibilidad de un cambio pacífico en España.

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